Propuestas para mejorar la educación (1): evaluar profesores
"No hay inversión que rinda más que la educación. Cada euro invertido puede dar un rendimiento del 300%". Las palabras son de Francesc Pedró, asesor de políticas educativas para la UNESCO, y el mensaje que quiere comunicar es que el desarrollo de un país depende primordialmente de su potencial humano. Para llegar a lo más alto, hace falta una inversión. El retorno, eso sí, se alarga en el tiempo, hasta los quince o tal vez hasta los veinte años.
Hace pocos meses se celebró un congreso sobre evaluación de políticas públicas en Barcelona. En el centro del debate se colocó inmediatamente la educación, especialmente a raiz de los recortes que en Catalunya se habían producido desde la llegada de Convergència i Unió a la Generalitat. Entre los ponentes, estaba Pedró, y fue entonces cuando explicó que hay que cuidar la cantidad, pero sobre todo la finalidad de los importes que se dedican a la enseñanza.
Pedró, que ha estudiado los sistemas educativas de muchos países desarrollados, suele huir de comparativas simplificadoras entre realidades estatales, pero entonces dejó unas certezas, la mayor de las cuales es la necesidad de que los profesores españoles reciban una evaluación permanente que, por ahora, no existe.
Es una más de las contradicciones que existen actualmente en la enseñanza. Los profesores se dedican a evaluar a su alumnado pero no reciben un control por parte de sus superiores. Los aumentos de sueldo se han basado hasta el momento en trienios y antigüedad por la misma regla de tres que los recortes salariales se han aplicado homogéneamente, sin atender a particularidades y pagando justos por pecadores.
Sería bueno que, puestos a reformar, se atendiaran a criterios más contructivos y meritocráticos a la hora de premiar o castigar a profesores, en lugar de realizarlo de formas arbitrarias.