Los recortes en educación afectan a los menos ricos
Los recortes educativos del gobierno central y de las autonomías van a tener una víctima directa: la enseñanza pública y su alumnado.
Los informes indican que el sistema educativo español tiene una mayor calidad a la que le corresponde por su inversión. España tiene poco gasto en educación en relación con su riqueza pero, a pesar de ello, sus resultados, sin ser excelentes, están por encima de lo que corresponde en comparación con otros países similares.
En resumen, el sistema educativo español está lejos de estar entre los mejores del mundo en calidad y equidad, pero está cerca de la media de los países más ricos del mundo pese a los escasos recursos que se le dedican. Este hito se ha conseguido con esfuerzo de los centros y de los profesores, a quienes se viene intentando desacreditar desde hace tiempo y a quienes no se ha escuchado en la preparación de las últimas medidas.
Ahora, las amenazas se van a multiplicar a raíz del aumento de horas lectivas para los maestros de todos los niveles, la subida de alumnos por clase y la imposibilidad de cubrir las bajas inferiores a dos semanas. En paralelo, hace tiempo que se paralizaron muchas obras iniciadas para la construcción de escuelas y que se descartaron los centros ya proyectados por falta de fondos, lo que sigue condenando a decenas de miles de estudiantes a realizar las clases en barracones.
Las víctimas de todas estas medidas han sido y serán los alumnos de los centros públicos, condenados a una degradación de sus estándares de calidad. Hoy en día hay escuelas que hacen educación física en aulas con pupitres, centros que no tienen aulas de desdoblamiento, colegios que no tienen recursos para pagar a profesores con el título para cubrir sustituciones y directores que han renunciado a la calefacción por no tener con qué pagarla.
El próximo año habrá profesores obligados a dar materias para las que no están especializados, miles de interinos serán despedidos y habrá retrasos en el seguimiento del temario cuando un profesor se ponga enfermo porque nadie acudirá a cubrir su baja. Como resultado de todo ello, los estudiantes de la escuela pública, mayoría en España con el 70% del alumnado, tendrán una peor formación.