Misterios sin resolver: la Atlántida
Cuentan las historias griegas que, hace muchos años, existió una isla rica en recursos naturales y con habitantes muy sabios y avanzados a su tiempo. La ciudad que era su capital tenía los avances científicos más formidables y su sistema político favorecía la felicidad de sus ciudadanos. Lo que dice la leyenda es que la isla desapareció de repente a causa de un desastre natural, tal vez un terremoto terrorífico o una ola gigante.
En esta fabulosa isla desaparecida sin dejar rastro habitarían los mejores marineros de la época y se adoraría a Poseidón, dios de los mares, que al fin y al cabo habría sido el causante de su destrucción por causa de su ira. La Atlántida, pues, habría sido destruida para siempre.
Según los escritos que crearon el mito, la Atlántida estuvo situada en el océano Atlántico, al que más tarde le prestó el nombre, y tendría un tamaño inmenso, cercano a la Asia conocida por entonces. En realidad, las placas tectónicas que existen no contemplan la posibilidad de que en algún momento de la historia hubiera existido una isla semejante en el océano. La última noticia al respecto es que podría encontrarse bajo el Parque Nacional de Doñana, en el sur de España, pero la posibilidad tampoco ha convencido a los expertos.
A favor del mito, algunos arqueólogos han llegado a afirmar que podría ser que los atlantes hubieran existido y que fueran la explicación a algunos rasgos comunes que tenían culturas antiguas tan distantes como los mayas y los egipcios. ¿Por qué ambas civilizaciones construyeron pirámides? Esta pregunta, que podría llevar a pensar en una influencia de los atlentes a ambos lados del océano, no es significativa para muchos otros, pero en cambio sí sorprende el hecho de que el mito de una isla engullida por las aguas sea común en varias culturas antiguas. ¿Casualidad?