Dormir bien es un placer para todos los humanos, pero además de eso es algo fundamental si queremos llevar una vida activa y saludable. En el caso de los bebés, sobre todo en sus primeros meses, dormir las horas que tocan es algo aún más primordial.
Algunas madres, al ver que sus hijos recién nacidos pasan la mayoría del tiempo durmiendo, muchas veces se preocupan y llegan a pensar que algo
no acaba de funcionar con su bebé. Es lo más normal del mundo y es algo que se controla sabiendo
las horas que deberían dormir los más pequeños en cada edad. La cantidad de horas de sueño del bebé va variando con el tiempo y las características del niño. A medida que va creciendo necesita dormir menos, aunque siempre va a dormir más que un niño de 4 años, por ejemplo.
- Durante los 6 primeros meses de vida, el bebé puede llegar a dormir hasta 16 horas en total; 6 u 8 de las cuales va a dormirlas durante la noche y puede que lo haga seguido o no, aunque la mayoría se despiertan para la toma nocturna, una de las comidas más importantes para del niño. Las otras 8 o 10 horas de sueño durante el día será en forma de breves siestas.
- De los 6 meses hasta el año el bebé debería dormir aproximadamente 12 horas por la noche y solo unas 3 o 4 durante el día, que se repartirán en una siesta corta por la mañana y otra más larga por la tarde. Por lo general las horas nocturnas no las dormirá de un tirón porqué se despertará también para comer.
- De los 12 hasta los 18 meses el niño dormirá sobre todo durante la noche. En total deberían ser unas 13 horas y media, aunque también se aconseja que duerma una siesta de no más de dos horitas durante el día.
- A partir de los 2 años el sueño nocturno solo se reduce una hora. Durante el día la siesta debería ser de 60 a 120 minutos
- A los 3 años vuelve a reducirse, y es que ya hemos dicho que con la edad cada vez necesitan menos horas. Por la noche el niño debería dormir 11 horas y es aconsejable que la siesta no dure más de una, de lo contrario por la noche nos encontraremos que no tiene sueño y no podrá descansar las horas nocturnas que teóricamente le tocarían.
- Cuando ya cumplen los 4 años los niños suelen dormir de 11 a 12 horas y ya no necesitan siesta. Por la noche duermen sin despertarse, y es que su ritmo durante el día es tan acelerado que van a llegar molidos a la cama, algo que también les es muy saludable y les facilita un reposo y descanso absoluto.
Sin embargo no hay que olvidar que, al igual que los mayores,
cada niño tiene sus particulares necesidades dentro de unos mínimos recomendables. Es importante tener en cuenta también que hay épocas en que los más pequeños se despiertan a menudo. Al octavo mes, por lo general, sienten angustia de separación al no poder dormir junto a su madre. Si cuando esto pasa alzamos al niño o le damos comida para calmarle, a parte de problemas alimenticios podemos provocar que el niño no aprenda a autoconsolarse ni a quedarse dormido solo. Así pues, parte del factor descanso y reposo de los hijos
dependerá sobre todo de los papás.