Sant Joan en Menorca
Posiblemente, el Sant Joan más conocido y especiald e todo el mundo es el que se celebra en Ciutadella, la segunda ciudad de la isla de Menorca. Para la ocasión, miles de jóvenes de todo el país, y especialmente del resto de las Baleares, acudirán a la fiesta que abre el verano menorquín.
Lo más llamativo de esta fiesta, aquello que la convierte en única es la participación de los caballos, el animal más querido y respetado por los menorquines. Montados por expertos jinetes, entre los que suele encontrarse el alcalde del pueblo, los caballos pasean por las calles del pueblo y pasan entre la multitud, que los espera en la plaza central. Los jinetes hacen saltar a los caballos para que queden erguidos sobre sus patas traseras, y en ese momento los espectadores más atrevidos pueden aguantar al animal por el pecho para ayudar a mantenerlo alto durante más rato.
La tradición se remonta al siglo XIV y se repite, aunque con menos público, durante todo el verano en el resto de municipios de la isla.
Se cree que su orígen, como el de tantas celebraciones de San Juan, es obviamente religioso. Resulta que los trabajadores de la Obrería de Sant Joan Baptista celebraba esta onomástica un poco lejos del núcleo de Ciutadella, por lo que, en esa época, antes de 1.500, había que llegar a lomos del caballo.
Desde entonces, cada 23 de junio, a las 14 horas del mediodía, suenan el tambor y el fabiol, una especie de flauta fina, y empieza el espectáculo.