La logopedia, esa gran desconocida
A medio camino entre la medicina y la educación se encuentra la logopedia, una disciplina profesional que trabaja la capacidad de hablar de las personas, una de las funciones más complejas y esenciales del ser humano. Sin embargo, la logopedia suele ser poco conocida entre la población general y, especialmente, en España.
El logopeda previene alteraciones en el habla, en la voz y en la expresión escrita. Evalúa los trastornos que afectan a la comunicación oral y escrita. Rehabilita a quienes han sufrido algún episodio que les disminuye las funciones auditivas o fonéticas. Reeduca los defectos en el habla, en la escritura y en la lectura.
No solo se trata de enseñar a decir la "R" correctamente. Los logopedas tratan la dislexia y ayudan a los pacientes a entender lo que leen y a escribir mejor. Ayudan a quienes han sufrido enfermedades o accidentes que les privan de articular correctamente las palabras. Corrigen a quienes, desde pequeños, tienen problemas de tartamudez o no controlan sus propias palabras, como el protagonista de El discurso del Rey.
Como sucede con la fisioterapia, la logopedia está relegada a un estatus inferior a la medicina y se la considera solamente por su función "correctora", como si sus profesionales fueran meros mecánicos sin capacidad diagnóstica, en lugar de aprovechar la especialización en lo que atañe a las capacidades lingüísticas, fonéticas, pedagógicas, auditivas e incluso deglutivas. Por ello, es necesario conocer y aprovechar los conocimientos para poder apreciar y exprimir al máximo las cualidades de una profesión con mucho que ofrecer a la sociedad.