A todos nos pasa, a los padres también, que cuando salimos de clase o de la oficina no tenemos ganas de seguir trabajando y queremos disfrutar, descansar y dejar de lado las responsabilidades. Pero en el caso de los peques, es importante que no dejen de hacer sus tareas y
se apliquen desde el primer día. Os enseñamos cómo ayudarles.
Aunque sean muy pequeños, siempre tienen algo que hacer y a veces suele ser para entregar al día siguiente, por eso, una de las cosas más importantes es que
sigan un horario diario y que adquieran la rutina de hacer los deberes nada más llegar a casa. Así, todavía no habrán desconectado del todo del colegio y después tendrán
el resto de la tarde para jugar, ver la tele o salir al parque con sus amigos o hermanitos.
Un
lugar limpio y ordenado donde poder estudiar también es importante, tendremos que ayudarles a mantener la mesa limpia o crear un espacio nuevo
que tenga luz y no haya ninguna otra distracción. Además, tendremos que prestar un poco de atención por si necesitan nuestra ayuda, sino corremos el riesgo de que abandonen lo que estaban haciendo y retomarlo costará más. Y, al terminarlos, el
refuerzo positivo les servirá para animarles y que se sientan motivados para seguir con esa rutina cada día.